Caprichos del destino, el Mallorca disputó su primer partido del año del Centenario en el campo donde había conseguido la mayor gesta de la historia del club: la Copa del Rey. Partido de reencuentros. Álex Moreno se enfrentó al equipo que le dio la oportunidad de jugar en Segunda y Corominas volvió a la que fue su casa. Los compañeros de Mallorca Confidencial captaban la imagen del presidente Utz Claassen en el palco junto a Robert Sarver, propietario de los Phoenix Suns, a quién han vinculado durante esta última semana con la ampliación de capital del club bermellón.
El cordobés ya le marcó el año pasado a los mallorquines con el Llagostera y durante el primer tiempo fue un verdadero quebradero de cabeza para los centrales. Los de Gálvez querían tener la posesión, pero, inconscientemente tras el gol, retrocedieron diez metros todas las líneas y el Elche lo aprovechó para, con pocos pases, llegar al área de Wellenreuther. En la primera parte estuvieron apagados David Costas, bastante desatento, Damià Sabater, Héctor Yuste y Brandon. Estos cuatro son el termómetro bermellón. Cuando están en ON el equipo funciona.
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Damià Sabater, durante un lance del encuentro/ Imagen: LFP |
La segunda mitad comenzó con un remate peligroso de Costas que paró Javi Jiménez tras un centro de Fofo desde la derecha, a cuyo rechace por poco no llegó Brandon. El joven de Santanyí tendría el empate en el minuto siete con un fuerte disparo a la escuadra tras un recorte que el portero local mandaría a córner. Los visitantes había subido una marcha más su ataque y pusieron en apuros al guardameta riojano. Pepe Gálvez decidió dar entrada a James para ganar profundidad y quitó a un Moutinho tímido. A las envestidas del Mallorca contestó Sergio León con un disparo desde la frontal que salvó con un paradón el guardameta alemán al cuarto de hora. A los veinte minutos, el Mallorca encontró en empate de la mano (mejor dicho, de la cabeza) de Armando Lozano. Un saque de esquina sacado por Damià lo desvió el central granadino para establecer la igualada en el marcador. El Mallorca estaba dominando y las ocasiones perdonadas durante todo el partido estaban desesperando a los visitantes.
A partir del gol, el Elche fue un manojo de nervios en defensa. Fruto de ello fueron dos ocasiones bermellonas, apenas tres minutos después del gol, nacidas de errores defensivos ilicitanos. Pero en ataque el conjunto local no dimitió y tuvo dos grandes ocasiones gracias a un disparo lejano de Mandi y un larguero de Pelayo. Los últimos minutos el partido se partió por completo. Ambos equipos se desestructuraron y pudo ganar cualquiera de los dos. Al final, el Mallorca sumó un punto yendo de menos a lo largo del encuentro. Punto que, siendo en el Martínez Valero, a priori podría saber bien, pero viendo las ocasiones falladas, sabe a poco. Ahora la atención se centra en la planta noble. Se avecina cambio de patrón en la propiedad y el mercado ya está abierto. Se ha de buscar gol para estar arriba.
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