El fútbol no entiende de valientes

El fútbol no entiende de valientes

Con todo el dolor de mi corazón, el Rayo Vallecano de Paco Jémez ha bajado a Segunda División. Y con más dolor todavía el Sporting de Abelardo ha conseguido la permanencia. Así es el fútbol. Todos los estilos de juego, los sistemas, las actitudes en rueda de prensa y los méritos quedan reducidos a que llegues con unos cuarenta puntos a la jornada 38. Todo lo demás apenas se recuerda. No voy a entrar en presupuestos ni en quien ha tenido peores condiciones económicas, porque tanto Rayo Vallecano como Sporting no han estado para tirar cohetes. Y al aficionado del Sporting le diría que antes de recriminar a Javier Tebas que recrimine a quienes les dejaron con un agujero en las cuentas del tamaño de Mariano Mariano. Pero a lo que iba. Paco Jémez y Abelardo. Abelardo y Paco Jémez. Uno ha conseguido la permanencia y otro no. Pueden parecer dos estilos similares (de hecho, tienen el mismo pelo). Dos estilos similares de gestionar un vestuario, pero sus actuaciones son antagónicas. 

Son dos entrenadores que defienden a capa y espada a sus jugadores. Y no tienen problema en reconocerlo públicamente. De hecho, su defensa llega hasta los grados más altos de identificación tanto con su plantilla como con la afición. Pero tienen matices. Uno dice las cosas a la cara. El otro se inventa doscientas excusas para no poner a un jugador. Uno hace pública las broncas hacia sus jugadores. Otro mira para otro lado. Concretamente hacia el árbitro. Para cuando le interesa, eso sí. Uno pone los huevos sobre la mesa y el otro apela a la épica recordando cada semana que han hecho un equipo de juveniles. En definitiva, uno dice lo que piensa, a quien se lo quiere decir y cómo se lo quiere decir y el otro llora. El valiente, en todos los sentidos, es Paco Jémez y el cobarde, llorón (o calificadlo como queráis) es Abelardo Fernández. Y este domingo el fútbol ha premiado al segundo y ha ninguneado al primero.

¿Por dónde comenzamos: césped o sala de prensa? Sala de prensa mismo. Tres de marzo de 2016. El Sporting pierde en Granada con un penalti inexistente y con la expulsión de Sergio Álvarez. El técnico asturiano estalló en rueda de prensa tras el encuentro: "Que me sancionen 50 partidos, ha sido un escándalo, una vergüenza, están todos los chicos llorando en el vestuario. Me siento robado; y ahora que me sancionen con cincuenta partidos si quieren". Además, pagó con la prensa la mala gestión de otros (tócatelos): "Este club tiene 111 años de historia, es el equipo de los guajes, no hemos podido fichar ni la pasada temporada ni esta. Estoy hecho una mierda. Esto guajes no se merecen este trato". Quedaban todavía once jornadas pero no estaba de más comenzar a sacar los Kleenex para llorar al son de la misma canción de toda la temporada. 

Paco Jémez, justo antes del comienzo del encuentro / Imagen: LFP

Eso sí. Mes y medio después aguantaron durante una hora vivos en el Camp Nou. Tiempo que tardó Clos Gómez en pitar tres penaltis a favor del Barça, uno de ellos ridículo, y dar un gol en fuera de juego. Esa noche, casualidades o no, el Pitu Abelardo se reencontraba con su amigo, Luis Enrique (sportinguista también confeso), y no rajó del árbitro (fíjate tú): "El arbitraje no ha tenido nada que ver en que el Barça haya ganado 6-0". Además de llorón, cagón. Macho, si rajas en un sitio raja en otro, ¿no?.

Con Paco Jémez esto no pasa. El canario canta las cuarenta a sus jugadores donde haga falta. Y si hay que rajar del árbitro, se raja en cualquier sitio. La vergonzosa y ficticia goleada del Real Madrid de Rafa Benítez al Rayo Vallecano en el penúltimo partido del, por aquel entonces, técnico madridista tuvo su efecto. De hecho, las primeras palabras del técnico rayista tras el partido fueron claras: "Hacía tiempo que no veía algo tan esperpéntico y tan vergonzoso como lo que he visto hoy. Con esto nadie ha ganado y el estamento arbitral ha perdido mucha credibilidad". Pero da igual rajar en el Bernabéu que en Mestalla: "Jugar contra tantos elementos es difícil para un equipo como nosotros. Ha sido un machaque continuo" (16-12-2014). Si rajas en un sitio raja en otro. Contra un grande y contra un no grande. Si no lo haces se te verá el plumero. 

Paco Jémez es valiente tanto delante de los micrófonos como en el terreno de juego. Prueba de ello es que salió al Camp Nou con todos los jugadores disponibles. Todos los titularísimos en el once, sin reservar a nadie. Pese a ser el Barça y ganar, el Rayo marcó dos goles (y pudieron ser más) en el Camp Nou. De hecho, se puso por delante. Luego acabaron 5-2. Pero la valentía se debe premiar. Todo esto lejos de Abelardo. El técnico sportinguista salió al Camp Nou con (ojo al Dream Team que menciono a continuación) Rachid, Omar Mascarell, Vranjes, Lichnovsky, Pablo Pérez y Guerrero. Pese a ello, estuvieron a un gol del Barça durante una hora, pero el amigo Clos se cargó el partido. 

Por último, voy a recalcar que Jémez, si se cabrea, se cabrea con gracia: "Menos quedarnos embarazados, nos ha pasado de todo" (07-11-2015). Esto está bien. Es más variado que el lloriqueo continuo. Pero llegados a estas alturas, ya con la temporada 2015-2016 en Primera División concluida, de poco sirve recordar todo esto si no es para llegar a una única conclusión: el fútbol no premia a los valientes.