Victoria clave del Real Madrid. Clave porque es una jornada en la que puede consolidar todavía más su liderato. Al pinchazo del Atlético de Madrid en Anoeta se podría sumar el Barça, que se enfrenta al Sevilla de Jorge Sampaoli. En una jornada como ésta, en la que los rivales directos por el título tienen encuentros complicados debe prevalecer el ganar por encima de jugar bien. Y los blancos han ganado. Dejando a un lado el juego, que dejó mucho que desear, los blancos consiguieron dos meses después dejar su portería a cero. Además, con una defensa de circunstancias, sin sus dos principales baluartes. En ataque, todo el peligro llevó un nombre: Gareth Bale.
En Concha Espina se estrenaba horario matutino esta temporada y se hacía con la misión no solo de ganar, sino de dejar la portería a cero diez partidos después. Era obligación un bálsamo de goles y, sobretodo, de juego para convencer al socio de que lo sucedido el miércoles en tierras polacas se trataba únicamente de un accidente casual. Con respecto al once que empató, Zidane introdujo algunos cambios. El primero, dio más presencia al centro del campo. Introdujo a Isco para que formara trivote con Toni Kroos y Kovacic y así regresar al clásico 1-4-3-3 que lleva empleando toda la temporada. En punta, Morata se vistió de Benzema, que causó baja por lesión. Enfrente estaba el Leganés, que visitaba por primera vez en su historia el Bernabéu en Liga. Los de Asier Garitano llegaban con el terrible balance de haber perdido cuatro de los últimos cinco partidos en la competición doméstica. Llegaban con piel de cordero. Pero no renunciaban a morder si se les presentaba la oportunidad.
Se dice que todo equipo es un reflejo de su entrenador. Si bien Garitano había dicho que el equipo saldría a disfrutar, su equipo cumplió fielmente con el mensaje de su técnico. Los pepineros, liderados por Alexander Szymanowski y Rubén Pérez, salieron sin ningún miedo al escenario. Poblaron el centro del campo para dificultar la circulación de balón de los blancos, que sin Benzema se vio muy ralentizada. Los de Zidane salieron con una marcha menos que el rival y sin apenas presionar en la recuperación del balón. Esos dos rasgos hicieron de los blancos un equipo muy previsible. A los veinte minutos, Cristiano Ronaldo se aprovechó de un fuera de juego no visto por el linier para plantarse frente al marco de Serantes, pero su disparo, confiado, se marchó alto. Fue sin duda la ocasión más clara de los blancos durante la primera mitad.
Por increíble que pudiese parecer, el Madrid llegó a la recta final de la primera parte sin haber realizado ningún disparo a puerta. Pero en apenas siete minutos, Bale se encargaría de oxigenar a los blancos con dos goles. El galés aprovechó un pase de Isco para penetrar y batir a Serantes. En la última acción de la primera mitad, el madridista se aprovecharía de un balón muerto en el área pequeña tras un saque de falta para anotar el segundo y espantar los fantasmas de un plumazo. El Madrid, carente de intensidad y precisión, se iba por delante en el marcador y con dos goles de ventaja al descanso. Pero si somos justos, hay que decir que el Leganés estuvo muy bien plantado y fue combativo, pero no disparó a puerta.
Tras el descanso, los locales cambiaron la improvisación con la posesión por una mayor verticalidad. Eso no quier decir que renunciaran a tener el balón, pero sí que encontraron en las distintas envestidas una mejor forma de controlar el partido que a través de la circulación de balón. Todas sus ocasiones de peligro llevaron la distinción de Bale, que se convirtió en un incordio para Mantovani. El ex de Tottenham fue el único jugador que consiguió desestabilizar a la defensa pepinera y darle un poco de chispa a un ataque plano. Sin grandes alardes, el Madrid dominó durante el tiempo que el Leganés renunció, ya fuese por cansancio o por estrategia, a tener el balón. Pero el momento más esperado llegaría a la hora de partido. Luka Modric ingresó al terreno de juego por Kovacic con el fin de controlar un partido demasiado inestable. Era un regreso demasiado añorado, tanto por aficionados como compañeros.
En el minuto 70 llegaría la ocasión más clara para los de Garitano. Con prácticamente todo el Real Madrid en campo contrario, Szymanowski recibió un pase entre líneas con el único impedimento de Carvajal y se plantó frente a Keylor Navas. El portero tico sacó una mano prodigiosa para evitar que los madrileños recortaran distancias. Dos minutos después, Álvaro Morata en el área contraria sentenciaría el partido con un gran gol. El canterano recibió dentro del área un buen balón, posicionó su cuerpo al palo largo y definió a la escuadra del palo corto. Un gol que servía para cerrar un partido en el que se habían visto más goles que méritos.
Esta victoria sirve para afrontar la semana de selecciones con tranquilidad y para ganar tiempo en la recuperación de jugadores clave. Ahora se avecinan tres salidas complicadas como el Vicente Calderón, el Camp Nou y el Sánchez Pizjuán. Zidane tiene dos semanas para que sus jugadores recuperen las sensaciones con las que comenzaron la temporada. Y estas sensaciones han de comenzar a recuperarse desde la enfermería y con un ojo puesto en el virus FIFA.
Anotando...
Keylor Navas: 7. Solvente cuando tuvo trabajo. Dejó a Szymanowski sin gol con un paradón.
Carvajal: 5. Impreciso en las jugadas de ataque , pero rápido atrás.
Varane: 5. Sufrió más de la cuenta fruto de indecisiones y lo contagió a sus compañeros.
Nacho: 6. Sin hacer mucho ruido sigue acumulando minutos de calidad.
Marcelo: 6. Poco a poco recupera el nivel que mostraba antes de su lesión. Cuando se incorporó al ataque el equipo ganó desequilibrio.
Toni Kroos: 6. Conducción alemana. Fiabilidad, orden y, sobretodo, oficio.
Kovacic: 5. Le falta pausa, pero está creciendo a un ritmo espectacular. Hoy estuvo más discreto.
Isco: 5. Su trasparencia la notó el equipo. Al jugar lejos del área no brilla con luz propia, pero lo compensa con oficio.
Cristiano Ronaldo: 4. Desesperado e impotente.
Gareth Bale: 8. Otra vez fue el mejor. Todo el peligro en ataque y prácticamente todas las ocasiones nacieron de sus botas y de su cabeza. Renovación más que merecida.
Morata: 5. Las constantes faltas del Leganés le frenaron. Gran gol que no esconde un partido discreto.
Modric: 7. Dio orden y control al equipo. Se dejó notar durante la media hora que jugó.
James Rodríguez: 5. Jugó más cerca del centro del campo que del área. Más defensa que ataque. Correcto.
Lucas Vázquez: 6. Es el revulsivo, el jugador sorpresa. El comodín perfecto de Zidane.
En Concha Espina se estrenaba horario matutino esta temporada y se hacía con la misión no solo de ganar, sino de dejar la portería a cero diez partidos después. Era obligación un bálsamo de goles y, sobretodo, de juego para convencer al socio de que lo sucedido el miércoles en tierras polacas se trataba únicamente de un accidente casual. Con respecto al once que empató, Zidane introdujo algunos cambios. El primero, dio más presencia al centro del campo. Introdujo a Isco para que formara trivote con Toni Kroos y Kovacic y así regresar al clásico 1-4-3-3 que lleva empleando toda la temporada. En punta, Morata se vistió de Benzema, que causó baja por lesión. Enfrente estaba el Leganés, que visitaba por primera vez en su historia el Bernabéu en Liga. Los de Asier Garitano llegaban con el terrible balance de haber perdido cuatro de los últimos cinco partidos en la competición doméstica. Llegaban con piel de cordero. Pero no renunciaban a morder si se les presentaba la oportunidad.
Se dice que todo equipo es un reflejo de su entrenador. Si bien Garitano había dicho que el equipo saldría a disfrutar, su equipo cumplió fielmente con el mensaje de su técnico. Los pepineros, liderados por Alexander Szymanowski y Rubén Pérez, salieron sin ningún miedo al escenario. Poblaron el centro del campo para dificultar la circulación de balón de los blancos, que sin Benzema se vio muy ralentizada. Los de Zidane salieron con una marcha menos que el rival y sin apenas presionar en la recuperación del balón. Esos dos rasgos hicieron de los blancos un equipo muy previsible. A los veinte minutos, Cristiano Ronaldo se aprovechó de un fuera de juego no visto por el linier para plantarse frente al marco de Serantes, pero su disparo, confiado, se marchó alto. Fue sin duda la ocasión más clara de los blancos durante la primera mitad.
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Bale celebra uno de los dos tantos anotados / Imagen: La Liga |
Por increíble que pudiese parecer, el Madrid llegó a la recta final de la primera parte sin haber realizado ningún disparo a puerta. Pero en apenas siete minutos, Bale se encargaría de oxigenar a los blancos con dos goles. El galés aprovechó un pase de Isco para penetrar y batir a Serantes. En la última acción de la primera mitad, el madridista se aprovecharía de un balón muerto en el área pequeña tras un saque de falta para anotar el segundo y espantar los fantasmas de un plumazo. El Madrid, carente de intensidad y precisión, se iba por delante en el marcador y con dos goles de ventaja al descanso. Pero si somos justos, hay que decir que el Leganés estuvo muy bien plantado y fue combativo, pero no disparó a puerta.
Tras el descanso, los locales cambiaron la improvisación con la posesión por una mayor verticalidad. Eso no quier decir que renunciaran a tener el balón, pero sí que encontraron en las distintas envestidas una mejor forma de controlar el partido que a través de la circulación de balón. Todas sus ocasiones de peligro llevaron la distinción de Bale, que se convirtió en un incordio para Mantovani. El ex de Tottenham fue el único jugador que consiguió desestabilizar a la defensa pepinera y darle un poco de chispa a un ataque plano. Sin grandes alardes, el Madrid dominó durante el tiempo que el Leganés renunció, ya fuese por cansancio o por estrategia, a tener el balón. Pero el momento más esperado llegaría a la hora de partido. Luka Modric ingresó al terreno de juego por Kovacic con el fin de controlar un partido demasiado inestable. Era un regreso demasiado añorado, tanto por aficionados como compañeros.
En el minuto 70 llegaría la ocasión más clara para los de Garitano. Con prácticamente todo el Real Madrid en campo contrario, Szymanowski recibió un pase entre líneas con el único impedimento de Carvajal y se plantó frente a Keylor Navas. El portero tico sacó una mano prodigiosa para evitar que los madrileños recortaran distancias. Dos minutos después, Álvaro Morata en el área contraria sentenciaría el partido con un gran gol. El canterano recibió dentro del área un buen balón, posicionó su cuerpo al palo largo y definió a la escuadra del palo corto. Un gol que servía para cerrar un partido en el que se habían visto más goles que méritos.
Esta victoria sirve para afrontar la semana de selecciones con tranquilidad y para ganar tiempo en la recuperación de jugadores clave. Ahora se avecinan tres salidas complicadas como el Vicente Calderón, el Camp Nou y el Sánchez Pizjuán. Zidane tiene dos semanas para que sus jugadores recuperen las sensaciones con las que comenzaron la temporada. Y estas sensaciones han de comenzar a recuperarse desde la enfermería y con un ojo puesto en el virus FIFA.
Anotando...
Keylor Navas: 7. Solvente cuando tuvo trabajo. Dejó a Szymanowski sin gol con un paradón.
Carvajal: 5. Impreciso en las jugadas de ataque , pero rápido atrás.
Varane: 5. Sufrió más de la cuenta fruto de indecisiones y lo contagió a sus compañeros.
Nacho: 6. Sin hacer mucho ruido sigue acumulando minutos de calidad.
Marcelo: 6. Poco a poco recupera el nivel que mostraba antes de su lesión. Cuando se incorporó al ataque el equipo ganó desequilibrio.
Toni Kroos: 6. Conducción alemana. Fiabilidad, orden y, sobretodo, oficio.
Kovacic: 5. Le falta pausa, pero está creciendo a un ritmo espectacular. Hoy estuvo más discreto.
Isco: 5. Su trasparencia la notó el equipo. Al jugar lejos del área no brilla con luz propia, pero lo compensa con oficio.
Cristiano Ronaldo: 4. Desesperado e impotente.
Gareth Bale: 8. Otra vez fue el mejor. Todo el peligro en ataque y prácticamente todas las ocasiones nacieron de sus botas y de su cabeza. Renovación más que merecida.
Morata: 5. Las constantes faltas del Leganés le frenaron. Gran gol que no esconde un partido discreto.
Modric: 7. Dio orden y control al equipo. Se dejó notar durante la media hora que jugó.
James Rodríguez: 5. Jugó más cerca del centro del campo que del área. Más defensa que ataque. Correcto.
Lucas Vázquez: 6. Es el revulsivo, el jugador sorpresa. El comodín perfecto de Zidane.
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