El Celta deja helado el Santiago Bernabéu

El Celta deja helado el Santiago Bernabéu

El Real Madrid se complicó la vida en el partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey. O, mejor dicho, se la complicó el Celta. Diez años después salieron victoriosos del Santiago Bernabéu. Los chicos de Eduardo Berizzo se beneficiaron de dos desajustes defensivos para marcharse al partido de vuelta con un marcador que obliga a los blancos a marcar dos goles. Sí, dos. Uno no basta. Si ya de por sí, Balaidos es un campo complicado de ganar, tener que marcar dos goles más que el Celta se avecina como una verdadera hazaña. Ello es consecuencia de un partido en el que el Madrid no supo tomarle el pulso en ningún momento ni lo tuvo controlado. Un partido bueno de la línea de tres en el centro del campo, muy irregular de los cuatro de atrás en defensa y muy malo de Cristiano Ronaldo arriba. 

En cuestión de horas, en Vigo la tranquilidad se había esfumado con el caso Orellana. El Celta de Berizzo venía de golear al Valencia en octavos y desde el primer momento habían demostrado con hechos que este año querían apostar fuerte por el torneo del KO. Por ello, Zidane solo reservó un titularísimo, que diría Pellegrini: Benzema. Con la columna vertebral titular, arriba solo se colaba un nombre: Marco Asensio. El mallorquín volvió a cobrarse otra titularidad en respuesta de la confianza del francés. Sin duda un mérito enorme si tenemos en cuenta que su competencia en el puesto son Isco y James Rodríguez (lesionado, no fue convocado). El Real Madrid salió con toda la artillería disponible en búsqueda de un buen resultado en un gélido Santiago Bernabéu. Un buen resultado que no hiciera peligrar la eliminatoria como había sucedido con el Sevilla siete días atrás entre insultos.

El Celta presentó desde el primer minuto la que lleva siendo su mayor arma durante toda esta temporada. La seña que ha impregnado Berizzo. La agresividad sin balón. Lo correosos que podían llegar a ser los gallegos sin balón. El Real Madrid se dio cuenta de ello, ya que en los primeros minutos se vieron sorprendidos tanto por la velocidad de Daniel Wass como de Iago Aspas. Pero a la mínima que los locales cruzaron la medular descubrieron los puntos débiles del rival, que vendrían en las espaldas de Hugo Mallo y Jony. Poco a poco los blancos encontrarían la continuidad en sus ataques, pero las imprecisiones de Cristiano Ronaldo, o los pases a la nada de Modric fruto de la descoordinación arriba, o los despejes de los centrales evitarían cualquier opción de peligro.  Solo Toni Kroos, con una rosca desde la frontal al palo izquierdo de Sergio Álvarez, y Sergio Ramos, con un remate flojo de cabeza, finalizarían los ataques blancos. La primera parte finalizó con un gol bien anulado a Cristiano Ronaldo por fuera de juego y una caída en el área celeste del luso, donde tampoco había motivo para señalar la pena máxima.

Los jugadores del Celta, celebrando el primer tanto del partido / Imagen: La Liga

La segunda parte comenzó con una entrada grosera de Roncaglia sobre Marco Asensio, a quien pisó y golpeó en la cabeza tras caer al suelo. La acción le costó al jugador mallorquín la sustitución por lesión. En su lugar entró Álvaro Morata, quien reubicó a Cristiano a la banda para ocupar la punta del ataque. A los dos minutos de entrar, el madrileño crearía la ocasión más clara del encuentro. Un pase de Toni Kroos desde la frontal lo aprovechó el delantero para escorarse y lanzar el balón alto. Pero a los veinte minutos, el Celta golpeó al Madrid como más le duele: a la contra. Danilo perdió su posición y un pase en profundidad lo aprovechó Theo Bongonda para llegar hasta línea de fondo, centrar e Iago Aspas aprovecharía el rechace de tacón de Marcelo para adelantar a los gallegos. sin haber creado demasiado peligro, el Celta había conseguido adelantarse en la eliminatoria. Los blancos, carentes de claridad arriba, tenía la misión añadida de autocontrolarse para buscar el empate.

Nadie se esperaba los dos minutos que vendrían a continuación. Dos minutos de imprecisiones y locuras, de las que los gallegos saldrían vencedores. Tras un saque de esquina, un zurdazo de Marcelo serviría para empatar el partido. La afición madridista cantaba el gol del empate mucho antes de lo que se esperaba. Pero lo que no se esperaría es que al minuto siguiente el Celta volvería a ponerse por delante. En efecto. La enésima imprecisión en el medio la aprovecharía Iago Aspas para meter un balón al espacio entre los dos centrales y Jony, con una magnífica definición, batiría a un Kiko Casilla tan desesperado como vendido. Un gol que dejaba en evidencia la poca concentración de línea de cuatro de atrás blanca. En un acto de valentía, Zidane retiró del terreno de juego a Danilo, que se marchó pitado del terreno de juego, y metió a Benzema. Decidió terminar el partido de ida con defensa de tres y con Casemiro como jugador más retrasado. Nada más entrar, el galo tuvo el gol del empate. Un centro pasado que Morata dejó atrás Benzema, a escasos cinco metros de la portería, no lo aprovecharía y mandaria el balón alto.

Los blancos, previo choque contra el Málaga, visitarán Balaídos con la camiseta de Juanito puesta. No les quedará otra que pisar el acelerador y, desde la paciencia y el orden, buscar el gol. Difícil pero no imposible. Zidane debe de reflexionar sobre si alinear a Danilo o alinear a Nacho. Sobre si alinear a Varane o alinear a Nacho. El canterano debe jugar sí o sí. Sin ofrecer grandes alardes en ataque, ofrece mucha más seguridad atrás tanto en el lateral como en el centro de la defensa. Ya es el segundo partido consecutivo que el Real Madrid pierde en los últimos veinte minutos. El segundo partido en el que el rival iguala la intensidad y supera en defensa. Y en esta ocasión no ha sido el Sevilla, ha sido el 8º de la Liga. Quizás por ahí deba de comenzar a cimentarse la remontada. Por la presión y, sobretodo, por la defensa.

Anotando...

Kiko Casilla: 6. Paró cuando tenía que parar. Estuvo vendido en los dos goles.
Danilo: 4. Mal partido. Discreto atrás y trasparente arriba. Se marchó pitado.
Sergio Ramos: 4. Partido correcto hasta la jugada del segundo gol celeste. 
Varane: 4. La irregular es lo que no le deja progresar. Es su asignatura pendiente.
Marcelo: 6. Marcó y volvió a ser una de las proncipales bazas en ataque.
Casemiro: 7. Hizo lo que mejor sabe hacer. Recuperó e hizo el trabajo sucio. Valor innegociable en el medio. 
Modric: 7. El que más quilómetros recorrió. Ordenó a todo el equipo a su alrededor (un partido más).
Toni Kroos: 6. Conducción, precisión y decisión. Buen partido del teutón, más adelantado de lo habitual. 
Lucas Vázquez: 7. Correcaminos. Corrió, desbordó, disparó y combinó. De cada vez màs fino. Le faltó el gol. 
Cristiano Ronaldo: 4. Cortocircuitado. Impreciso y sin chispa. En más de una jugada molestó más que ayudar. Para olvidar. 
Marco Asensio: 7. Se hartó de correr en el centro del campo y creó el mismo peligro por las dos bandas. 
Álvaro Morata: 5. Se complementó perfectamente y dejó el bandeja una cocasión clarísima a Benzema. 
Kovacic: 5. Con el Madrid totalmente desordenado, su misión fue buscar el gol más que defender.
Benzema: 4. Irregular. Tuvo el gol del empate, pero con toda la portería libre, mandó el balón alto.