El año 2017 no ha podido comenzar mejor para el Mallorca. En el Día de Reyes, no aparecieron ni Melchor, ni Gaspar ni Baltasar. Pero aparecieron Lekic y Lago Júnior para firmar una victoria clave. El serbio, que entró casi por casualidad debido a la lesión de Culio a la media hora, fue el detonante que provocó la avalancha de ocasiones del Mallorca. Y, como no, la victoria. El africano, quizás más irregular de lo habitual marcó el segundo y evitó cualquier contratiempo cuando el Mirandés estaba apurando sus últimas balas. Pero yendo más allá del resultado, debutaron por todo lo alto Saúl García y James. Partido notable de la banda izquierda mallorquinista y también interesante debut de Ángel Sánchez, que con su pelea y sus movimientos ayudó a abrir el marcador. El Mirandés puso los acercamientos, pero un único palo en el 90 fue todo su bagaje ofensivo. De esta forma, primera victoria de 2017, contra un rival directo y, además, sin recibir gol.
En la rueda de prensa previa, Javier Olaizola había dejado caer en pequeñas dosis la idea de que podría haber sorpresas. Pero sobre las 17:30, cuando salió el once que había escogido, se vistió de Montesquieu para confirmar cambios significativos con respecto al antiguo régimen. Saúl García partía de titular al cuarto de hora de llegar a la isla. Campabadal ocupaba el lateral derecho y, sin tocar el trivote de Fernando Vázquez, arriba llegaban las sorpresas. James representaba en el once a la factoría Son Bibiloni, ayudado por Moutinho en el otro extremo y con Lago Júnior como delantero centro, totalmente liberado. Como mejor rinde. Con el once que presentó, Olaizola relució sus mejores rasgos: personalidad y valentía.
En los banquillos se enfrentaban dos entrenadores de nervio. Pero fueron los pupilos de Claudio Barragán los que reflejaron mejor durante los primeros minutos el carácter de su entrenador. Las ocasiones brillaron por su ausencia y nos tuvimos que conformar con acercamientos. Los castellanoleoneses llegaban con la firma de Pedro Martín y Álvaro Bustos. La timidez se había apoderado de los dos equipos, que se preocupaban más de aguntar ordenados que de atacar. Ante la indecisión de los extremos, en el Mallorca los laterales optaron por sumarse al ataque. Y el equipo lo notó con creces. Tanto Campabadal como el novato Saúl se convirtieron en la principal vía para hacer daño al marco de Roberto. Pero a los 26 minutos, cuando la maquinaria gobernada por Juan Domínguez y Culio, principalmente, en la elaboración comenzaba a funcionar, el argentino, en un mal movimiento en un apoyo, pidió el cambio. El técnico local dio la alternativa a Dejan Lekic, para pasar así al doble pivote y ganar visibilidad en ataque.
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Lekic, durante un lance del partido / Imagen: La Liga |
Al minuto, el serbio aprovechó una carrera con espacios de James para colocarse el balón con la espuela y, desde el punto de penalti, tener la primera ocasión clara. Un movimiento de espaldas que recordaba a Fernando Llorente o, más cercanamente, al mejor Tomer Hemed. Del saque de esquina provocado por el serbio, nacería la segunda ocasión clara del encuentro. Un rechace que cazó Juan Rodríguez lo transformó en un zapatazo que salvó Roberto Gutiérrez. Se había superado la media hora y al Mallorca le apetecía llevar el dominio del encuentro. El Mallorca notaba a ese delantero de más que había entrado. Este último cuarto de hora sería de dominio absoluto local. Los bermellones se armaron de paciencia y, aprovechando las internadas de James y los movimientos de Lekic, se dieron cuenta de que podían generar mucho peligro. Se llegó al descanso con un penalti muy claro de Álex Ortiz sobre Lago Júnior que el colegiado no señaló.
La segunda mitad comenzó con una doble ocasión en menos de dos minutos, primero de Lago Júnior y, después, de Juan Domínguez. Los de Olaizola merecían el gol. Pero, como es bien sabido en fútbol, los méritos no entienden de efectos prácticos. Por ello, tocaba seguir insistiendo. Y de cada vez, lo atacaban con mayor merecimiento. A la mínima que se acertara en el último pase, el gol podía llegar. Pero el partido entró en una espiral de indecisiones que dejaba entrever que podía decantarse por cualquiera de los dos bandos. Anarquía absoluta en el centro del campo de la que tanto Juan Domínguez como Mikel Mesa intentaron aprovecharse. Pasados los veinte minutos, James, que había sido el mejor del partido, se marchó tocado y debutó Ángel Sánchez.
Faltaban diez minutos para el final cuando desapareció el roscón del marcador del Mallorca en el día de Reyes. La insistencia tuvo su premio. Una segunda jugada que muy bien peleó Ángel, cedió a Saúl para que colgara un magnífico balón con su pierna derecha y Lekic mandara el baló al palo largo. A la tercera iba la vencida. Tercer remate del partido del serbio, que, por fin, encontraba su gol. Los burgaleses apurarían sus últimas opciones en los últimos cinco minutos. Subieron diez metros su línea de presión con lo que les quedaba de oxígeno y conseguieron crear ciertas dudas a la línea defensiva local. La ocasión más peligrosa de los de Barragán, precisamente, llegaría en el último minutos, cuando Pedro Martín mandó un balón al larguero. En el rechace, Lago Júnior propuso una carrera devastadora a la retaguardia visitante que acabaría con el segundo tanto. Un golazo al palo largo y a la escuadra del marco de Roberto Gutiérrez.
Anotando...
Cabrero: 5. Regresó de las vacaciones sin apenas trabajo.
Campabadal: 6. Primera parte sensacional. Bien atrás y desequilibrante en ataque.
Yuste: 7. Rápido y en modo salvador. Corrigió los errores de Raíllo y de los laterales.
Raíllo: 5. Algunas complicaciones superfluas eclipsaron sus buenos atributos.
Saúl: 7. Partidazo. Defendió, presionó y supo cuando subir. Muy buena carta de presentación.
Juan Rodríguez: 6. De su bota derecha nacieron (casi) todas las jugadas. Tuvo su ocasión.
Juan Domínguez: 7. Cuando se acercó al área el equipo lo notó. Mayor profundidad.
Culio: 5. Demasiada translación y poca profundización.
James Anthony Davis: 7. El mejor. Aportó trabajo, velocidad y desborde. Encontró en Lekic su complemento perfecto.
Moutinho: 4. Ralentizó todos los balones que le llegaron y desaprovechó ocasiones claras. Se marchó silbado.
Lago Júnior: 6. Irregular, pero desequilibrante cuando tiene el balón. Marcó un golazo en el último minuto.
Lekic: 7. Entrada determinante. Sus movimientos generaron espacios para sus compañeros. Abrió el camino de la victoria.
Ángel Sánchez: 6. Buen debut. Movimientos inteligentes y mucha pelea. De esa pelea nació el primer gol.
Pol Roigé: 6. Buen revulsivo. Oxigenó a sus compañeros e incluso pudo anotar su gol.
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