El Real Madrid estuvo a escasos cuatro minutos de perder su segundo partido en apenas siete días. Si a esto le sumamos la polémica con la que remontó contra el Villarreal podemos ser realistas y confirmar que los blancos están en medio de un preocupante declive. Un declive de resultados, pero, sobre todo, de sensaciones. Sensación de que ha perdido fútbol, orden, defensa y, lo que más preocupa, pegada. La pegada salvaba los partidos malos y podía ser el comodín perfecto que los blancos podían gastar para ser campeones. Y eso que los blancos tuvieron muchas ocasiones. Pero pocas de ellas cuajaron por la falta de orden. Corrieron, sí. Se desfondaron, sí. Pero sin orden. Y correr sin ser un equipo ordenado pocas veces funciona. El Real Madrid empató y cede virtualmente el liderato. No obstante, debe trabajarse muchísimo como equipo, comenzando en defensa, donde ha encajado en 6 de los últimos 8 choques ligueros. La épica solo da resultados esporádicos. Y la Liga la gana el más regular, o el menos fallón. Y en eso, el Barça está cerca de empatar a los blancos.
Zidane tiró de méritocracia y alineó de inicio a quienes habían salvado los muebles en Villarreal: Isco y Morata. Desde que el malagueño había reconocido que buscaba minutos y había enmarañado de incertidumbre su futuro no había dejado de dar alegrías. Minutos antes, el Barça había goleado al Sporting de Rubi al ralentí y obligaba a los blancos a sumar los tres puntos. Una jornada más, los blancos jugaban con la presión en el cogote. Las Palmas llegaba al Santiago Bernabéu lleno de fútbol pero vacío de puntos en las últimas cuatro jornadas. En especial, del once insular destacaba el regreso de Jesé Rodríguez a la casa donde creció, donde se hizo futbolista y debutó en Primera División.
Sobre el tapete se encontraron dos formas diferentes de buscar el mal contrario. Mejor dicho, de enaltar el fútbol. Los blancos, siguiendo la tónica de los últimos partidos, combinaron momentos de presión alta con otros de mucha solidaridad atrás. Sobretodo para contrarrestar las jugadas amarillas, que encontraron combinación (y muy buena combinación) en su origen y velocidad en su finalización. La buena trazada visitante sobre el campo solo se vio molestada por los descolgamientos de Pedro Bigas y Lemos atrás. En uno de ellos, Mateo Kovacic dejó solo a Isco con un pase envenenado entre líneas y el malagueño batía por debajo a Javi Varas para abrir el marcador. Pero acto seguido reaccionaría el equipo de Quique Setién. Y lo haría con una jugada made in Quique Setién. Una combinación en la que participó medio equipo. Nada más sacar del centro del campo, la jugada acabó con una buena rotura por dentro de Tana, que batió a Keylor Navas con un potente disparo a la escuadra del palo corto.
Las Palmas buscaba la pausa y el toque y el Real Madrid la velocidad. Los blancos necesitaban velocidad física, pero tranquilidad mental, traducida en paciencia, para ganar. A los 27 minutos, Las Palmas se vería obligada a gastar un primer cambio debido a la lesión del mallorquín Pedro Bigas. El central se marchó en camilla y le sustituyó Aythami Artiles. En el resto de la primera mitad el peligro llevaría color amarillo. Con Jesé como principal eje sobre el que se organizaban las jugadas de ataque y con Roque Mesa como equilibrista y recuperador. Los blancos dieron síntomas de cansancio y solo aisladas jugadas individuales podían considerarse verdaderas ocasiones peligrosas de gol.
Bale se encargaría de aumentar las dificultades para los blancos nada más comenzar la segunda parte. El galés se cortocircuitó y propinó una patada a destiempo y un empujón a Jonathan Viera. Fernández Borbalán no dudó en expulsar al delantero de Cardiff y dejar al Real Madrid con diez. Los locales necesitaban tirar de orgullo para ganar con diez un partido que habían sido incapaces de ganar con once. Pero las complicaciones todavían serían mayores a los nueve minutos de la segunda mitad. Sergio Ramos tocó el balón con el codo y el colegiado no dudó en señalar el punto de penalti. El camero no se explicaba la accion y desde los once metros Jonathan Viera puso por delante a los visitantes con un disparo que Navas tocó con una pierna pero no logró despejar. Pero si las cosas se podían torcer más, se torcerían más. Antes de llegar a la hora de partido los canarios encontrarían el tercero. Las Palmas aprovechó la acumulación de jugadores en campo contrario por parte de los blancos para que Kevin Prince Boateng se beneficiara de un pase largo y de una salida en falso del área de Keylor Navas para anotar el tercero.
El Real Madrid, desquiciado y descompuesto por completo, tenía que recurrir a la épica por segundo partido consecutivo para evitar que se consumara la derrota. Las Palmas, por su parte, sembraba el pánico cada vez que cruzaba el centro del campo. Y es que era un verdadero peligro. Zidane decidió meter a Lucas Vázquez, James y Benzema para buscar a la desesperada el gol. A los 70 minutos, Fernández Borbalán mal anularía un gol a Álvaro Morata por supuesto fuera de juego de Cristiano Ronaldo. Nada más salir, Benzema tendría una clara ocasión desde el punto de penalti que, tras combinación, se marchó alto. En los instantes finales, Castellano provocó un penalti al tocar con el brazo un centro lateral madridista. Cristiano Ronaldo, que hasta ese minuto había firmado el peor partido de la temporada, recortaba distancias con un potente disparo a la escuadra. Cobraba la fuerza de que volviésemos a vivir otro momento Sergio Ramos. Pero, en esta ocasión, el propio Cristiano Ronaldo emularía al camero. Tras un saque de esquina, el luso remató de cabeza para establecer el definitivo empate a tres.
Zidane tiró de méritocracia y alineó de inicio a quienes habían salvado los muebles en Villarreal: Isco y Morata. Desde que el malagueño había reconocido que buscaba minutos y había enmarañado de incertidumbre su futuro no había dejado de dar alegrías. Minutos antes, el Barça había goleado al Sporting de Rubi al ralentí y obligaba a los blancos a sumar los tres puntos. Una jornada más, los blancos jugaban con la presión en el cogote. Las Palmas llegaba al Santiago Bernabéu lleno de fútbol pero vacío de puntos en las últimas cuatro jornadas. En especial, del once insular destacaba el regreso de Jesé Rodríguez a la casa donde creció, donde se hizo futbolista y debutó en Primera División.
Sobre el tapete se encontraron dos formas diferentes de buscar el mal contrario. Mejor dicho, de enaltar el fútbol. Los blancos, siguiendo la tónica de los últimos partidos, combinaron momentos de presión alta con otros de mucha solidaridad atrás. Sobretodo para contrarrestar las jugadas amarillas, que encontraron combinación (y muy buena combinación) en su origen y velocidad en su finalización. La buena trazada visitante sobre el campo solo se vio molestada por los descolgamientos de Pedro Bigas y Lemos atrás. En uno de ellos, Mateo Kovacic dejó solo a Isco con un pase envenenado entre líneas y el malagueño batía por debajo a Javi Varas para abrir el marcador. Pero acto seguido reaccionaría el equipo de Quique Setién. Y lo haría con una jugada made in Quique Setién. Una combinación en la que participó medio equipo. Nada más sacar del centro del campo, la jugada acabó con una buena rotura por dentro de Tana, que batió a Keylor Navas con un potente disparo a la escuadra del palo corto.
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Cristiano Ronaldo, perplejo tras uno de los tres goles de Las Palmas / Imagen: La Liga |
Las Palmas buscaba la pausa y el toque y el Real Madrid la velocidad. Los blancos necesitaban velocidad física, pero tranquilidad mental, traducida en paciencia, para ganar. A los 27 minutos, Las Palmas se vería obligada a gastar un primer cambio debido a la lesión del mallorquín Pedro Bigas. El central se marchó en camilla y le sustituyó Aythami Artiles. En el resto de la primera mitad el peligro llevaría color amarillo. Con Jesé como principal eje sobre el que se organizaban las jugadas de ataque y con Roque Mesa como equilibrista y recuperador. Los blancos dieron síntomas de cansancio y solo aisladas jugadas individuales podían considerarse verdaderas ocasiones peligrosas de gol.
Bale se encargaría de aumentar las dificultades para los blancos nada más comenzar la segunda parte. El galés se cortocircuitó y propinó una patada a destiempo y un empujón a Jonathan Viera. Fernández Borbalán no dudó en expulsar al delantero de Cardiff y dejar al Real Madrid con diez. Los locales necesitaban tirar de orgullo para ganar con diez un partido que habían sido incapaces de ganar con once. Pero las complicaciones todavían serían mayores a los nueve minutos de la segunda mitad. Sergio Ramos tocó el balón con el codo y el colegiado no dudó en señalar el punto de penalti. El camero no se explicaba la accion y desde los once metros Jonathan Viera puso por delante a los visitantes con un disparo que Navas tocó con una pierna pero no logró despejar. Pero si las cosas se podían torcer más, se torcerían más. Antes de llegar a la hora de partido los canarios encontrarían el tercero. Las Palmas aprovechó la acumulación de jugadores en campo contrario por parte de los blancos para que Kevin Prince Boateng se beneficiara de un pase largo y de una salida en falso del área de Keylor Navas para anotar el tercero.
El Real Madrid, desquiciado y descompuesto por completo, tenía que recurrir a la épica por segundo partido consecutivo para evitar que se consumara la derrota. Las Palmas, por su parte, sembraba el pánico cada vez que cruzaba el centro del campo. Y es que era un verdadero peligro. Zidane decidió meter a Lucas Vázquez, James y Benzema para buscar a la desesperada el gol. A los 70 minutos, Fernández Borbalán mal anularía un gol a Álvaro Morata por supuesto fuera de juego de Cristiano Ronaldo. Nada más salir, Benzema tendría una clara ocasión desde el punto de penalti que, tras combinación, se marchó alto. En los instantes finales, Castellano provocó un penalti al tocar con el brazo un centro lateral madridista. Cristiano Ronaldo, que hasta ese minuto había firmado el peor partido de la temporada, recortaba distancias con un potente disparo a la escuadra. Cobraba la fuerza de que volviésemos a vivir otro momento Sergio Ramos. Pero, en esta ocasión, el propio Cristiano Ronaldo emularía al camero. Tras un saque de esquina, el luso remató de cabeza para establecer el definitivo empate a tres.
Anotando...
Keylor Navas: 5. Pese a que salvó varias ocasiones claras de Jesé, falló gravemente en el tercer tanto canario. No está en forma para ser titular.
Carvajal: 7. De lo poco convincente en el ataque blanco. Sufrió mucho con Jesé y Jonathan Viera.
Sergio Ramos: 5. Superado, más por mérito de Las Palmas que por demérito suyo. Hacía tiempo que un equipo no combinaba tan rápido cerca del área.
Nacho Fernández: 5. En la primera parte estuvo correcto, pero en la segunda perdió constantemente la posición.
Marcelo: 4. El Madrid echó mucho en falta al Marcelo desequilibrante que acostumbra. Atrás, Las Palmas aprovechó los espacios que dejó.
Toni Kroos: 5. Superado por el centro del campo pío pío.
Kovacic: 6. Asistió a Isco y abarcó muy bien el centro del campo. En la 2ª parte se diluyó.
Isco: 6. Fue de más a menos. En la mediapunta es donde reparte más juego.
Cristiano Ronaldo: 5. Sin noticias de Cristiano hasta el minuto 86. Dos goles que no tapan un partido muy pobre del luso.
Bale: 4. La extraordinaria primera parte quedó manchada por su incomprensible autoexpulsión.
Morata: 4. Como revulsivo es una maravilla, pero Benzema es más determinante en la circulación.
Lucas Vázquez: 6. Con él, el equipo encontró desborde en el correcalles que fue la segunda parte.
Benzema: 6. Se notó y mucho su presencia. El equipo recuperó la combinación.
James Rodríguez: 6. Aportó trabajo y centros desde la banda. Centros de los que nacieron varios córners. Buena actuación.
Lucas Vázquez: 6. Con él, el equipo encontró desborde en el correcalles que fue la segunda parte.
Benzema: 6. Se notó y mucho su presencia. El equipo recuperó la combinación.
James Rodríguez: 6. Aportó trabajo y centros desde la banda. Centros de los que nacieron varios córners. Buena actuación.
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